¿Qué es el trastorno obsesivo compulsivo?

El pensamiento humano es un fenómeno increíblemente complejo que aún no entendemos del todo y que en parte escapa a nuestro propio control a medida que lo experimentamos. Sin embargo, cuando esa parte involuntaria vuelve a los pensamientos incontrolables y nos impulsa a desarrollar conductas involuntarias puede que estemos ante un caso de trastorno obsesivo compulsivo.

¿Qué es el trastorno obsesivo compulsivo? ¿Cuáles son sus causas?

El trastorno obsesivo compulsivo es una afección mental caracterizada por la aparición de patrones de pensamientos y miedos involuntarios que provocan conductas repetitivas. Ambos fenómenos interfieren significativamente en la vida de la persona, sin que ésta pueda hacer nada para detenerlos o controlarlos.

Normalmente, estos patrones están centrados en torno a un motivo concreto, como puede ser el miedo a los gérmenes o al desorden y la asimetría.

Sus causas son desconocidas, aunque se sopesan factores biológicos, genéticos y de aprendizaje.

Lo que sí se sabe es que existen determinados factores de riesgo que aumentan las probabilidades de sufrirlos, como son la existencia de antecedentes familiares, pasar por eventos estresantes o traumáticos y padecer otros trastornos de salud mental.

¿Cuáles son sus síntomas?

Los principales síntomas del trastorno obsesivo compulsivo son las obsesiones (pensamientos intrusivos repetitivos) y las compulsiones las conductas repetitivas e inevitables.

Las obsesiones son pensamientos repetidos, persistentes y no deseados que causan malestar emocional y que tienen tendencia a entrometerse cuando la persona está dedicada a otra actividad. Por ejemplo, puede ser un miedo a la suciedad, ansiedad frente a la incertidumbre, ansiedad frente a la asimetría o el desorden, pensamientos o imágenes violentos sobre hacerse daño a uno mismo u a otros o sobre temas sexuales o religiosos.

Hay que aclarar que, en los casos en los que las obsesiones se centran en motivos sexuales o violentos no implican un deseo de llevar a cabo tales acciones. De hecho, suelen ir acompañados de una extrema repulsión, vergüenza y culpa sólo por pensar en ello.

Las compulsiones, en cambio, son los comportamientos ritualizados que tratan de aliviar las obsesiones o evitar que suceda algo malo. Pueden incluir cosas como lavarse las manos o lavar superficies excesivamente, comprobar constantemente si las luces o los grifos están apagados, seguir rutinas estrictas, contar en determinados patrones, repetir en voz baja palabras o frase.

En algunos casos, determinadas compulsiones pueden acabar teniendo repercusiones en la salud fisiológica, como por ejemplo lavarse las manos hasta dañarse la piel.

¿Cómo se trata?

Aunque por lo general se considera que el trastorno obsesivo compulsivo es vitalicio, a nivel de sintomatología tiende a responder bien al tratamiento y se puede lograr que no interfiera en la vida diaria. Habitualmente, el enfoque combina psicoterapia y farmacología.

Desde la psicoterapia, se suele adoptar una estrategia cognitivo conductual, con métodos como la exposición gradual y prevención de la respuesta, consistente en exponer al paciente al objeto de una obsesión de manera controlada para que este trate de reprimir la compulsión.

Al mismo tiempo, es común administrar medicamentos antidepresivos, como algunos inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina.

En los casos más extremos en los que el paciente es incapaz de funcionar de manera correcta en su vida y no responde a tratamientos convencionales, el psiquiatra puede recurrir a tratamientos intensivos ambulatorios o residenciales, estimulación cerebral profunda o estimulación magnética transcraneal.