8 hábitos diarios que dañan su salud

La inactividad física, la comida rápida o el estrés no hacen más que dañar su salud. Tome nota y haga algo para eliminarlos de su rutina diaria. Su cuerpo y mente se lo agradecerán.

La vorágine del día a día muchas veces empuja a incorporar determinados malos hábitos que pasarán factura el día de mañana. Por eso, sea precavido y evítelos.

1. Saltarse el desayuno

¿No desayuna por falta de tiempo o miedo a engordar? ¡Error! Aumentará de peso porque tendrá más hambre durante el resto del día y seleccionará peor los alimentos, tendiendo a comer los más grasos y ricos en azúcares simples.

 

El desayuno debe constituir entre el 15-25% de nuestra energía diaria. Un desayuno ideal está compuesto por: lácteos (leche, yogurt, queso), hidratos de carbono (pan integral, cereales integrales…) y fruta. Se puede añadir aceite de oliva, frutos secos e incluso algo de proteína magra: jamón sin grasa, atún natural…

2. La comida rápida, los snacks y el picoteo

Beber un zumo vegetal o de fruta natural, o tomarse cuatro nueces es totalmente recomendable en una dieta sana. Son los llamados snacks saludables. Ahora bien, si hablamos de otro tipo de snacks como ganchitos, patatas fritas, gominolas o chocolatinas ricas en grasas… está claro que van a ser perjudiciales para nuestra salud.

3. Cenar tarde y mal

Cenar tarde hace que tenga más problemas para un descanso adecuado porque su organismo tendrá que hacer la digestión en las horas en que está durmiendo.

Por otro lado, acumulará más “hambre” y acabar ingiriendo muchas más calorías de las recomendadas, que ya no quemará pues se retirará a dormir. Recuerde que la cena no debería suponer más del 20% de la energía total de su dieta.

4. La vida sedentaria

Es una de las 10 causas principales de mortalidad, morbilidad y discapacidad y constituye el segundo factor de riesgo más importante para la salud tras el tabaquismo.

 

La inactividad hace que se debiliten sus huesos y pierdas masa muscular. Se siente más débil y sus posibilidades de padecer artritis, artrosis u osteoporosis serán mucho mayores en el futuro. También favorece la aparición del sobrepeso y la enfermedad cardiovascular.

Es fundamental la prevención del sedentarismo, especialmente en la infancia.  ¿Cómo? Con la adopción de un estilo de vida “activo” que incluya la práctica de ejercicio físico regular y a diario. Bastan 30 minutos diarios de actividad física, que puede incluir desde salir a pasear con el perro, bailar o practicar un deporte.

5. No cuidar su vista

Los adelantos tecnológicos de la vida moderna provocan que un gran número de personas se vea obligado a pasar mucho tiempo delante del ordenador, así como de otros dispositivos electrónicos. Esta elevada demanda visual, unida a factores ambientales, ha traído como consecuencia la aparición de un conjunto de síntomas que han sido descritos como síndrome visual del ordenador (SVO).

Este síndrome, que afecta a tres de cada cuatro trabajadores incide en su calidad de vida y se caracteriza por síntomas como ojos secos, dolor de cabeza, fatiga visual, visión borrosa y doble y dolor de cuello, espalda u hombros.

Si este es su caso, procure evitar los reflejos, tener una buena iluminación, hacer pausas, parpadear para humedecer los ojos y, en caso de que sea necesario, aplicar lágrimas artificiales.

6. Estar siempre estresado

En situaciones de peligro físico viene bien para superarlo, pero en el día a día lo único que hace es consumir recursos del organismo sin utilizarlos para nada útil. Y todo porque le dice a su cuerpo que está en peligro en situaciones que, aunque parezcan difíciles, no suponen ningún peligro inmediato para su supervivencia.

La clave pasa, sobre todo, por aumentar su seguridad personal, para que las situaciones a las que se enfrenta en el día a día no la identifique como peligro. También por cambiar pautas en su pensamiento, ya que las personas que permanentemente piensan en negativo están sometidas a una fuente de estrés permanente.

7. Las preocupaciones

‘Pre-ocuparse’, como su nombre indica, significa ocuparse antes de tiempo y es obvio que no debe ocuparse ahora de cosas que todavía no han ocurrido. Esto significa que pone su cuerpo en tensión y su mente a trabajar, y no debe olvidar que las células que más energía consumen son las neuronas.

Además, cuanto más se preocupa por algo negativo, más queda su mente secuestrada por las emociones de miedo, rabia o tristeza que está sintiendo y, en vez de buscar soluciones para resolverlo, lo que hace es centrarse más en las características negativas de la situación creándose un círculo vicioso.

8. No ponerse crema

La piel es la barrera que le protege del entorno y atenderla es cuidar una parte fundamental de su cuerpo.

Las agresiones externas producidas por el sol, el aire y todo tipo de agentes químicos y ambientales hacen que su piel sufra y se reseque. Por  ello hay que prestar una especial atención a su nivel de hidratación. El uso de crema no sólo mejora la consistencia de la epidermis, sino que además mantiene la humedad, contribuye a la regeneración de células, proporciona vitaminas  y otras sustancias esenciales  e  incrementa la elasticidad.

Ya lo sabe, tome nota y elimine estos malos hábitos de su rutina diaria. Su cuerpo y mente se lo agradecerán.