Enfermedades más comunes en los bebés recién nacidos

En los primeros días o semanas del primer nacido, es frecuente que puedan surgir algunos problemas de salud. Los recién nacidos a término pueden tener diferentes problemas, algunos en el momento del nacimiento y otros en los primeros días de vida. En el momento del nacimiento, lo normal es que el recién nacido llore y comience a respirar de forma natural, pero a veces pueden presentar alguna dificultad al adaptarse a respirar.

Durante los primeros días de vida también pueden surgir otros, como descenso de los niveles de la glucosa, deshidratación o aparición de ictericia, etc. También hay otros problemas relacionados con infecciones o digestivos. Entre estos problemas, que no suelen ser graves, estos son algunos de los más frecuentes.

• Gastroenteritis: La gastroenteritis es una inflamación aguda de la mucosa del estómago y/o de los intestinos a causa de patógenos que pueden ser bacterias, virus o parásitos. Los síntomas más comunes son diarrea y vómitos, y, en caso de los bebés lo más común es que sean a causa de un virus. Suele resolverse solo, pero los padres deberán estar atentos, sobre todo, a que no se deshidrate, un problema grave que sí puede necesitar de ingreso en caso de los recién nacidos.

• Infecciones respiratorias: Son muy comunes, sobre todo en otoño e invierno. Tampoco suelen preocupantes, especialmente las infecciones en las vías altas, que provocan congestión, tos… Si la infección desciende a las vías altas, que es menos común, sí puede ser más grave, pues puede derivar en neumonía o las temidas bronquiolitis, que a menudo terminan en hospitalización.

• Ictericia: Es un trastorno bastante común que se produce cuando en la sangre del bebé hay un exceso de bilirrubina, de ahí que su piel tenga un aspecto amarillento. Por suerte, además de que no sueles ser grave y se resuelve en pocos días, suele aparecer muy pronto, por lo que es común que el niño aún esté en el hospital cuando empiecen los síntomas. Para evitar complicaciones, es común dejar al recién nacido algún día ingresado.

• Otitis: Esta molesta inflamación en el oído es muy común en bebés y niños pequeños y suele deberse a infecciones respiratorias, a darle el biberón mientras está acostado o al abuso del chupete, lo que favorece que algunas bacterias colonicen el oído provocando dolor y fiebre. Aunque tampoco suele ser grave, cuando se producen otitis en las primeras semanas o mese de vida se suelen prescribir antibiótico para para evitar complicaciones más graves.

• Reflujo: Debido a que el esófago del recién nacido no está del todo bien desarrollado, es bastante común que muchos de ellos padezcan reflujo gastroesofágico, que provoque regurgitaciones o vómitos. En general, no hace falta tratamiento y se resuelve por sí solo, pero en algunos casos, en los que están regurgitaciones son muy frecuentes, sí puede ser necesario tratamiento farmacológico o modificar algunos hábitos o alimentación hasta que el sistema digestivo madure.

• Problemas cutáneos: Es habitual que la piel del recién nacido sea muy sensible, y que reacciones, por ejemplo, ante la presencia del pañol, algunos productos cosméticos, etc. La dermatitis del pañal es muy común a casus de la humedad, el calor, etc. Mejora mucho con tratamientos cutáneos específicos y según va creciendo el bebé.

• Estreñimiento: Alrededor de 30% de los recién nacidos tienen estreñimiento en algún momento, es decir, que sus deposiciones soy muy infrecuentes y duras. Es más común entre los niños que se alimentan con biberón y, aunque no es grave, puede ser muy molesta y es recomendable que se trate.

Cómo prevenir las afecciones más frecuentes en recién nacidos

Hay muchas enfermedades o afecciones que no se pueden prevenir, como la ictericia o algunas relacionadas con una inadecuada transición a la vida fuera del útero materno o los problemas nutricionales o digestivos. Otros, además, surgirán mientras el niño esté en el hospital, por lo que se localizan y tratarán rápido. Además, el personal sanitario vigila el estado de salud del nacimiento y proporciona las indicaciones necesarias para que los recién nacidos reciban un cuidado adecuado en su domicilio. Por eso la mejor manera de prevenir, es seguir las indicaciones recibidas por el personal sanitario, alimentación, medidas higiénicas, postura boca arriba para dormir, signos de alarma, etc.

Una vez fuera del hospital, es importante que el recién nacido acuda a una revisión en su centro de salud en la primera semana de vida para confirmar que está comiendo bien, que gana peso adecuadamente y que no presenta ningún problema de salud. En cualquier caso, si un recién nacido rechaza las tomas, presenta fiebre o tiene síntomas de infección respiratoria como cuadro catarral o tos con dificultad respiratoria, siempre se debe acudir a valoración a un centro sanitario.