Es difícil evitar un exceso de sol de forma puntual, el sol nos da calor, nos mejora el ánimo, fortalece nuestros huesos, broncea nuestra piel. Pero es el sol que envejece la piel, produce manchas, claras y oscuras, arrugas de expresión, apergamina el cutis y en último término, favorece el desarrollo de cáncer de piel.
Su piel tiene memoria
La exposición crónica a la radiación solar puede producir:
El daño celular, tanto en el ADN de forma directa como a través de procesos oxidativos de forma indirecta, es en estos casos producido por la acción lenta y persistente de ese poquito de sol que nos va incidiendo desde el nacimiento hasta el fin de nuestros días.
¿Cómo evitarlo? Evitar el sol en las horas centrales del día y usar a diario una crema hidratante facial que contenga factor de protección pueden ser algunos ejemplos.
Reparación del daño crónico
Podríamos distinguir entre técnicas orientadas a mitigar el daño estético y técnicas para mejorar el daño patológico.
Parte estética: la piel de la cara es sin duda la parte del cuerpo (junto con el dorso de las manos) que más radiación recibe de todo el cuerpo y el rejuvenecimiento facial consiste en la combinación de técnicas que cooperen para mejorar el aspecto de la piel dañada por el sol.
La terapia fotodinámica. Esta técnica posee un mecanismo de acción casi mágico. Su uso permite dañar de forma selectiva aquellas células con un daño importante en su ADN, destruyéndose de forma selectiva y ejerciendo un efecto beneficioso tanto para lesiones precancerosas y cancerosas como sobre manchas inestéticas, mejorando el aspecto de la piel de forma integral.
Recuerde: